OPINIÓN

Desierto de Arizona: La maravillosa tierra que tenemos en común

Jorge Mendoza Yescas
Cónsul General de México en Phoenix
Los saguaros crecen en Tumamoc Hill en Tucson. Estos centinelas del desierto solo se pueden encontrar en el desierto de Sonora.

Quienes visitan por primera vez los parques de Sonora Desert Network (Red del Desierto de Sonora) se sorprenden a menudo por la gran variación natural que posee cada parque.

El desierto de Sonora se extiende del suroeste de Estados Unidos al noroeste de México, incluyendo una parte del sur de Arizona y del sureste de California, así como gran parte de los estados de Sonora y Baja California, México. El Desierto de Sonora cuenta con la mayor diversidad de especies que cualquier otro desierto en América del Norte. Estas especies disfrutan de un hábitat privilegiado, con montañas, ríos y cañones.

Este, nuestro gran desierto, es el hogar de aproximadamente 60 especies de mamíferos, 350 de aves, 20 de anfibios, 100 de reptiles y 30 de peces. Además, se han identificado más de 2,000 especies de plantas, incluyendo el cactus saguaro —símbolo de este desierto, el cactus barril de oro, el nopal, la choya, la yuca y el árbol palo verde.

Respecto a la vida silvestre, el desierto compartido entre Arizona y Sonora cuenta con muchos animales nativos como el lince rojo, el coyote, la tortuga del desierto, el monstruo de Gila (único lagarto venenoso en Arizona), el zorro gris, el pecarí, entre otros.

Rango del saguaro en el desierto de Sonora.

Muchas de esas especies se encuentran en peligro de extinción debido a la destrucción del hábitat, la urbanización, la intensa agricultura y el uso excesivo de pesticidas. Según el U.S. Fish and Wildlife Service, mamíferos como el jaguar, el ocelote, el lobo gris mexicano y el turón patinegro americano se encuentran en peligro. Nuestra fauna y flora no conocen fronteras.

Estudios de diversos institutos tales como el Colegio de la Frontera Norte o el National Institute of Ecology demostraron que ya existen en ese territorio problemas ecológicos graves, como la fragmentación del hábitat y la modificación del flujo de agua superficial. Los principales efectos sobre la fauna se relacionan principalmente con el libre paso de animales a través de la frontera, pues la dispersión, la migración y el intercambio genético entre estas poblaciones se ven afectados.

Los desafíos para reforestar y crear una agricultura sostenible como la permacultura, que preserva la diversidad y refuerza la protección de la naturaleza, necesitarán tiempo y una intensa cooperación bilateral entre Estados Unidos y México. Es crucial esta colaboración para proteger nuestra diversidad de especies y plantas, embajadoras del maravilloso desierto que tenemos en común.

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