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Niños de Arizona enfrentan desafíos persistentes en la escuela debido al COVID-19. Pero, ¿cuáles son las soluciones?

Los estudiantes regresan a la escuela en persona después de más de dos años de aprendizaje remoto intermitente, cuarentenas y otras interrupciones.

Daniel Gonzalez
Arizona Republic
Los estudiantes juegan en la clase de prejardín de infantes de Susie Markosian en el Centro de Desarrollo de la Primera Infancia Sue Sossaman en Queen Creek, Arizona, el 15 de febrero de 2017.

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Hay un aumento en los problemas disciplinarios de los estudiantes. Relaciones fracturadas entre las escuelas y los padres. Un incremento en el ausentismo crónico. Una disminución de la matrícula. Escasez de conductores de autobús, trabajadores de recepción, conserjes y otro personal de apoyo, además de maestros calificados.

Estos son algunos de los desafíos persistentes que enfrentan los distritos escolares a medida que los estudiantes regresan al aprendizaje en persona, después de más de dos años de aprendizaje remoto intermitente, cuarentenas y otras interrupciones del aprendizaje causadas por la pandemia del COVID-19.

Los superintendentes de una variedad de distritos escolares de todo el estado se reunieron para compartir algunos de los desafíos a los que se enfrentan, junto con posibles soluciones que algunos están implementando al comienzo del nuevo año académico, que para la mayoría de los estudiantes comienza este mes.

La reunión del martes pasado en el campus de la Helios Education Foundation, un grupo de investigación, reunió a más de 100 líderes educativos, entre ellos Kathy Hoffman, la principal funcionaria escolar de Arizona.

Los datos muestran que la pandemia desaceleró el aprendizaje de todos los estudiantes en Arizona. Pero los alumnos negros, latinos y nativos americanos en general experimentaron disminuciones aún mayores.

Ya estaban detrás de los estudiantes blancos académicamente antes de la pandemia, lo que amplió la brecha del rendimiento académico.

"Sabemos que todos los estudiantes se vieron afectados por la pandemia al igual que la pandemia afectó a todas las comunidades", señaló Hoffman. “Pero algunos sortearon la tormenta mejor que otros debido a los recursos disponibles para ellos. No es ningún secreto que la pandemia exacerbó las desigualdades de largo tiempo atrás que han obstaculizado o cerrado oportunidades durante mucho tiempo para demasiados estudiantes”.

Como resultado, los recursos deben usarse para ayudar a los estudiantes que se retrasaron más para ponerse al día, subrayó.

"Cuando un padre tiene que trabajar dos o tres empleos para llegar a fin de mes o cuando los niños pasan hambre y no tienen una vivienda segura, eso afecta su capacidad de aprender en la escuela", declaró Hoffman. "Un apoyo más sólido para las familias y comunidades de bajos ingresos pagará dividendos con respecto a los resultados académicos de los estudiantes".

Ayudar a los estudiantes a recuperarse no es solo responsabilidad de las escuelas, sino que requerirá un esfuerzo de toda la comunidad, expuso Hoffman.

Datos muestran caída en inglés y matemáticas

La maestra Najla Khalifeh dirige a un grupo a través de una actividad de ortografía durante una clase intensiva de lectura en la Escuela Primaria Freedom en Buckeye, Arizona, el 16 de noviembre de 2021.

Entre los estudiantes blancos, el dominio del idioma inglés cayó del 56 por ciento en el 2019 antes de la pandemia, al 52 por ciento en el 2021 después de la pandemia, según datos compilados por Helios del Departamento de Educación del Estado. Para los estudiantes latinos, el dominio del inglés cayó del 32 al 27 por ciento; para estudiantes negros, del 30 al 25 por ciento; y para estudiantes nativos americanos, del 20 al 16 por ciento.

El dominio de las matemáticas disminuyó aún más, del 56 al 46 por ciento entre los estudiantes blancos; del 32 al 19 por ciento entre estudiantes latinos; y del 27 al 15 por ciento para estudiantes negros. El dominio de las matemáticas entre los nativos americanos fue el más bajo, cayendo del 21 al 11 por ciento, según muestran los datos.

Los descensos son especialmente preocupantes para los educadores porque los estudiantes latinos, negros e indígenas combinados representan la mayoría de los 1.1 millones de estudiantes del estado. Los estudiantes latinos también son los más grandes y de más rápido crecimiento de todas las razas y grupos étnicos en Arizona. Constituyen casi la mitad de los estudiantes del sistema K-12 (jardín de niños al 12 grado) y el 65 por ciento de los estudiantes de K-8.

El impacto de la pandemia en los logros universitarios, los estudiantes de inglés y las tasas de inscripción y ausentismo fue el tema central de una serie de historias de tres partes publicadas por The Arizona Republic en los meses de marzo y abril.

"Los efectos persistentes del COVID en el aprendizaje de los estudiantes tendrán graves consecuencias no solo para los propios estudiantes", sino también para el futuro económico de todo el estado, aseguró Paul Luna, presidente y director ejecutivo de Helios.

Educadores buscan nuevos enfoques para ayudar a los niños

Jamie Sheldahl es superintendente del Distrito Escolar Primario de Yuma, que atiende a estudiantes en las zonas rurales del suroeste de Arizona. Más del 71 por ciento de los estudiantes del distrito viven en la pobreza y el 81 por ciento son estudiantes de color, incluido el 76 por ciento latino, explicó Sheldahl.

El distrito experimentó una caída del 5 por ciento en la asistencia el año pasado.

La razón por la que disminuyó la asistencia es porque muchos padres seguían teniendo miedo de enviar a sus hijos a la escuela por temor a que se infectaran con el COVID-19 y luego se lo contagiaran a otros miembros de la familia, incluidos los padres que tienen trabajos de salarios bajos.

"Estamos hablando de niños cuyos padres, si no van a trabajar, no les pagan", señaló Sheldahl.

Sin embargo, se animó porque el 92 por ciento de los estudiantes del distrito escolar se presentaron el lunes en el primer día de clases, frente al 85 por ciento hace un año.

El distrito también experimentó un aumento en los problemas disciplinarios de los estudiantes inmediatamente después de la pandemia, incluido un aumento del 15 por ciento en las suspensiones de estudiantes y un aumento del 33 por ciento en las peleas y otros comportamientos agresivos, apuntó Sheldahl.

Sheldahl atribuyó el aumento de los problemas disciplinarios de los estudiantes, que perjudicaron aún más el aprendizaje, a que los estudiantes se reaclimataron a aprender en persona después de meses de aislamiento en casa aprendiendo virtualmente.

Para abordar los problemas disciplinarios este año, el distrito utilizó fondos federales de ayuda por el COVID-19 que recibió a través del estado para crear varios puestos nuevos, incluidos especialistas en datos y especialistas en intervención, para ayudar a las escuelas a volver a interactuar con los estudiantes, explicó.

Un estudiante de primer grado escribe en una hoja de trabajo durante una clase intensiva de lectura en la Escuela Primaria Freedom en Buckeye, Arizona, el 16 de noviembre de 2021.

Quintin Boyce es superintendente del Distrito Escolar de Roosevelt, que atiende predominantemente a estudiantes de color de bajos ingresos del sur de Phoenix.

El distrito está tratando de ayudar a los estudiantes a recuperar el terreno que perdieron durante la pandemia centrándose en sus necesidades individuales, dijo.

"Nos reunimos con estudiantes individuales donde están y luego los desarrollamos", dijo Boyce. "Eso fue difícil hace dos años y medio. Es súper difícil, extremadamente difícil ahora".

El distrito lanzó "academias exclusivas" en cinco escuelas el año pasado y planea lanzar tres más este año, dijo Boyce. Las academias están diseñadas para mejorar la participación de los estudiantes al permitirles trabajar en proyectos profundos que hacen que el aprendizaje sea más relevante, comentó.

El distrito también ha cambiado la forma en que aborda los problemas de disciplina.

"Nos hemos alejado de la disciplina como resultado de las medidas correctivas, sino que tratamos la disciplina como una oportunidad de aprendizaje", expuso Boyce.

“Es una nueva mentalidad. Estamos mejor preparados como comunidad para responder mejor a lo que sea que suceda, tenemos la memoria muscular de mitigación”, señaló Boyce. "Entonces, si las cosas cambian, sabemos cómo responder".

Gabriel Trujillo es superintendente del Distrito Escolar Unificado de Tucson, el tercer distrito escolar más grande del estado.

El distrito se ha visto afectado por la escasez de mano de obra, lo que ha dificultado la contratación y retención de conductores de autobuses, consejeros, trabajadores de recepción y otro personal de apoyo, además de maestros calificados.

La escasez de mano de obra ha perjudicado el aprendizaje en el aula, aseguró.

“Cuando tienes ese tipo de escasez generalizada de mano de obra, se debilita el ecosistema educativo que rodea al maestro y le permite prosperar en el salón de clases”, explicó Trujillo.

Los maestros no solo quieren ser compensados profesionalmente, dijo Trujillo. "Quieren asegurarse de estar en un espacio de aprendizaje seguro que les proporcione las condiciones para tener éxito".

“Cuando no hay aire acondicionado y no hay conductor de autobús y los niños llegan tarde y tienen que barrer su propio salón de clases, eso pasa de moda muy rápido”, apuntó Trujillo.

Para competir con el sector privado debido a la escasez de mano de obra, el distrito ha aumentado los salarios para retener al personal de apoyo y enseñanza usando fondos federales distribuidos a los estados para ayudar a las escuelas a mejorar el aprendizaje afectado por la pandemia, aseguró Trujillo.

Las escuelas también han buscado ubicar a los estudiantes que se atrasaron más académicamente en aulas con los maestros más calificados para que puedan recuperar el terreno perdido, mencionó Trujillo.

Este año, el distrito también está tratando de reconstruir las relaciones con los padres que se fracturaron debido a los cambios en los protocolos de cuarentena, las políticas de aprendizaje remoto y otras interrupciones causadas por la pandemia, señaló Trujillo.

Se ha designado un "Líder escolar" en cada escuela para llegar a los padres, especialmente en "áreas de alta necesidad en cada comunidad escolar, ya sea recolectando ropa, reuniendo materiales de higiene para estudiantes en riesgo o trayendo más libros al edificio'', expuso Trujillo.

"Estas son todas las áreas que todos los segmentos de la comunidad pueden respaldar y una forma de limar desacuerdos que podemos extender sistemáticamente para traer de vuelta al redil a ese padre o miembro de la comunidad que no siempre estuvo de acuerdo con nosotros", finalizó.

Comuníquese con el reortero en el correo electrónico daniel.gonzalez@arizonarepublic.com o al 602-444-8312. Sígalo en Twitter @azdangonzalez

Traducción Alfredo García