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Linda Valenzuela: Cómo una migrante mexicana se convirtió en la estilista de los famosos

Linda Valenzuela es una de las estilistas hispanas más reconocidas en Phoenix. Su talento y carisma ha llevado a maquillar a celebridades de todo tipo.

Linda Valenzuela tiene 25 años de experiencia como estilista profesional.

Con la amabilidad y sencillez que la caracteriza Linda Valenzuela recibe con una gran sonrisa y atiende a cada uno de sus clientes en su salón, el Linda V Salon (4131 N 24th Sten Phoenix, con la misma pasión y entrega que cuando comenzó hace 25 años.

Valenzuela, de 44 años, es una de las estilistas latinas más reconocidas en Phoenix. Su talento y carisma ha llevado a maquillar a celebridades de todo tipo, desde deportistas, actores, modelos e incluso al propio expresidente Barack Obama, pero también ha llevado alegría a personas sin hogar o refugiadas.

Desde que comenzó su carrera, Valenzuela nunca se ha puesto limitaciones. Parte de ahí es de donde radica su éxito, además de su visión altruista. 

“Si tú no te pones limitaciones, nadie te las va a poner. La base es hacer las cosas, es no tener ningún temor, ni tú mismo ponerte la barrera”, señaló.

Aunque su carrera comenzó en Nueva York, Valenzuela tiene muchos años radicando en el Valle. 

“Para Linda era un gusto que el estándar de Phoenix se levantara. Que la industria tuviera otra forma. Sino ‘estoy sirviendo a la persona que se sienta en la silla’ y que la industria de Phoenix se eleve a otro nivel y eso ha sido mucho la intención, el corazón con lo que lo ha hecho Linda siempre”, dijo Ernesto Amaro, esposo de Valenzuela.

¿En qué radica su éxito? “Cada quien define el éxito de diferente manera. Para mí el éxito es: mientras estoy haciendo lo que me gusta soy exitosa”.

De Mazatlán a Nueva York, Arizona

Linda Valenzuela maquillando a una de sus clientes en su salón de belleza.

Valenzuela nació en Mazatlán, Sinaloa, México, pero se crió en la Ciudad de México hasta los 15 años cuando se mudó a California, Estados Unidos, junto a sus padres y hermanos. 

“La carrera de cosmetología la comencé aquí en EEUU, cuando llegué a los 15 años. Empecé la high school, y cuando comencé mi sueño era el diseño de modas y tomé los cursos”, señaló Valenzuela.

Todo cambió cuando una amiga y compañera de clases le pidió que fueran con su consejera para tomar un curso de cosmetología. Esta le recomendó tomar las clases y conseguir su certificado y asi pudiera maquillar y peinar a modelos y no solo vestirlas.

Una constante en la vida de Valenzuela ha sido evolucionar. Soñaba con estudiar diseño de modas, lo que nunca se imaginó fue el cambio que daría su vida sin planearlo.

A los 18 años se fue a Nueva York a estudiar en Parsons School of Design, pero pronto se dio cuenta que no era lo suyo. 

“Ahí mismo me di cuenta que me llamaba más la atención lo que estaba haciendo con el cabello y maquillaje, y me di cuenta de que el diseño de moda no era para mí”. 

Como no tenía licencia y el estado se la exigía decidió tomar las páginas amarillas, porque no habían redes sociales, y mandó su currículum a unos 20 fotógrafos. Al menos tres le respondieron, comenzó a trabajar con ellos en maquillaje y peinado a actrices y modelos.

Más adelante consiguió un empleo de asistente en un salón de belleza en los que acudían personas afroamericanas y ahí aprendió a maquillar y peinar todo tipo de cabello. Además, en las noches visitaba los teatros para ver si necesitaban ayuda. 

El teatro siempre le ha llamado la atención por su arte. Hizo sus primeros pininos en Broadway con la obra The King and I, aunque participó en otras, donde aprendió. En Arizona ha participado varias veces con el ballet, donde ahora participa en el concepto de obras.

Linda Valenzuela maquillando a un talento del Ballet de Arizona.

A finales de 1998 Valenzuela se mudó a Arizona para estar más cerca a sus padres, quienes vivían en Nogales. Decidió radicar en Phoenix, ya que podría estar más cerca de su familia y también tener más oportunidad de crecer como estilista. 

Al llegar al estado tenía que obtener la licencia por lo que tuvo que volver a la escuela, pero los dueños decidieron ponerla a dar clases por su experiencia profesional.

Fue tanto el éxito de sus clases que los dueños de la escuela la recomendaron con otras, que comenzó a dar clases en Las Vegas, California y en Arizona, a la par seguía como maquillista de fotógrafos, además de trabajar en un salón de belleza y estudiar Negocios en la universidad.

Además de eso, a solo dos semanas de llegar a Arizona se dio cuenta que debería vender su propio maquillaje. 

“Los cosméticos surgieron porque yo venía de Nueva York y yo había conocido a algunos de los distribuidores allá y no me llamo la atención en ese momento. Pero ya dando las clases aquí me preguntaban '¿Qué maquillaje usas?' Y pensé que podría vender mi propio maquillaje y así empezó Mia Cosmetics”, dijo.

En ese momento, Mia Cosmetics fue diseñada para el profesional, no tanto para la mujer del día a día, después fue evolucionando para eso.

“Uno como joven tiene ideas de 'cuando sea grande quiero ser esto, llegar a tener un negocio, hacer tantas cosas'. Cuando conozco a Linda ella lo estaba haciendo, queriéndolo o no, planeado o no planeado, a los 21 años. Comenzó su línea de cosméticos. Daba clases de maquillaje en Arizona, Las Vegas y California”, señaló Amaro.

Valenzuela siempre ha tenido en mente apoyar a la comunidad, es por eso que se ha voluntariado para ayudar a personas sin hogar o personas en refugios a traer un poquito de alegría a su vida. 

“Cuando estuve haciendo voluntariado en Fresh Start me di cuenta de las necesidades de nuestra comunidad. Íbamos una vez al mes. Estilistas donábamos nuestro tiempo y algo que siempre decía a mi equipo es ‘a esta persona que va a venir aquí y no nos va a pagar, la vamos a tratar igualito como a la persona que va a nuestro salón de belleza, usamos los mismos productos que con los talentos y clientes. 

“Uno a veces piensa que vas a donar tu tiempo, pero aprendes y ganas mucho más”, señaló Valenzuela. Eso le ha inculcado a su equipo de trabajo, quienes participan como voluntarias en eventos benéficos de diferentes organizaciones del Valle. 

También una vez al año participan con un grupo de fotógrafos que toman fotos a niños de escuela de bajos recursos. Su equipo y ella los peinan y arreglan para su foto. Además de repartir comida en una iglesia del centro de Phoenix.

Celebridades y Barack Obama

Para el año 2000, Valenzuela ya era una estilista profesional reconocida por los fotógrafos locales. Participó en portadas para la revista Sky Mall, maquillaba y peinaba a celebridades de todo tipo, ya que tenía contratos con Telemundo y Univisión, incluso llegó a maquillar y peinar a todas las porristas de los Cardenales de Arizona para un calendario.

En la lista de celebridades que ha maquillado y peinado se encuentran Raúl de Molina, Gabriel Soto, María Elena Salinas, Lindsay Cansinelli, Jorge Pérez Navarro, María Antonieta Collins, además de deportistas locales de los D-backs y Cardenales de Arizona.

Incluso el expresidente Barack Obama también ha pasado por su silla.

“Cuando haces un ‘high profile’ no te dicen quién es, si pasas el ‘background check’ te contratan si no, no. Me hablaron y me dijeron que si lo pasé y que quedaba contratada. Que lo único que me podían decir es que iba a maquillar tal vez a dos hombres y una mujer.  Vas a llegar a esta dirección, tu sola, solo puedes traer tus maquillajes”, contó.

Así fue como Valenzuela llegó a su cita, puntual como siempre. Pasó un control de seguridad y fue entonces que se enteró que maquillaría a Obama. Nerviosa, esperó al expresidente por tres horas.

Linda Valenzuela (der) junto al ex presidente Barack Obama.

“Cuando llegó el presidente vino con muchas personas, vio las mesas de pin pon y les preguntó a unos de los encargados que como andaban de tiempo y dijeron que bien, así que dijo si se echaban un juego de pin pon y yo viéndolo jugar. Cuando terminó vino y me saludó por mi nombre ‘Hola Linda, gracias por maquillarme’. Y me quedé impresionada porque sabía mi nombre. Ya al final me dijo ‘¿Quieres una foto?’ y le dije que sí”, recordó. 

Cuando maquilló a Obama, Valenzuela tenía su estudio en casa, y tras maquillarlo hubo tal auge de publicidad que tuvo que abrir su propio salón. 

“Más personas me conocían, más querían venir, las televisoras llegaban con sus camiones, los de Univision, Mary Rábago llegaba con las cámaras. Entonces el vecino comenzó a ver que llegó más gente (y se quejó con la asociación de vecinos) y tuvimos que buscar otro lugar para trabaja”, señaló Valenzuela. 

Inspiración para muchas

Linda Valenzuela atendiendo a una de sus clientes en su salón de belleza.

El salón de belleza surgió porque a Valenzuela le gusta mucho compartir, lección que aprendió inconscientemente dando las clases y el voluntariado en Fresh Start. 

“Estás compartiendo lo que sabes, entonces eso es parte de mí, de mi forma de ser. Cuando empecé a tener un poco más de clientes, me di cuenta de que teníamos el potencial de hacer un poco más de dinero, pero al mismo tiempo darles trabajo a otras personas, que yo podía compartir mi experiencia, mi talento, todas las cosas que he aprendido y aparte poder darles las experiencias que ellas no pueden tener”, reconoció. 

Así ha forjado a mujeres que, como ella, han tenido el sueño de ser estilistas profesionales. 

“Hemos tenido anécdotas de que, 'tú me hiciste el maquillaje' y de repente se quedó soñada y dice ‘yo quiero ser como tú’. Muchas personas se motivaron a hacer la carrera de estilista por Linda”, dijo Amaro.

“Todavía vamos a lugares y de repente las personas nos dicen 'Linda yo seguí esto por ti', fue como una inspiración. Muchas de las niñas que fueron a las clases o quinceañeras que les platiqué mi historia de que comencé en ‘high school’ han seguido la carrera de cosmetología y eso me da mucha felicidad”, dijo Valenzuela. 

Desde un principio, Valenzuela ha tenido algo muy claro: trabajar en equipo, dar la oportunidad a otros de aprender el negocio y abrirles las puertas. 

“Aprendí que compartir es parte de mi forma de ser. Yo ya fui a Fashion Week New York, pero no he ido con mi equipo. Hay muchos lugares a donde quiero llevarlas. No nadas más ir y pararme ahí yo y decir aquí estoy. No, no quiero estar sola, quiero estar acompañada con estos talentos, con todas estas mujeres que le ponen muchas ganas, que trabajan muy fuerte”, finalizó.

Esta historia forma parte de la serie Rostros de Arizona. ¿Tiene preguntas o sugerencia sobre a quién cubrir? Envíelas al editor Javier Arce al javier.arce@lavozarizona.com.

Comunícate con Nadia Cantú en cantun@gannett.com. Síguela en Twitter @nadia_cantu